miércoles, 14 de marzo de 2018

Historia de Enigma (Anxo Fuentes López)


ORIGENES E HISTORIA DE LA MÁQUINA DE CIFRADO, ENIGMA 


En su historia se combinan una tecnología astuta, la historia militar y el misterioso mundo del espionaje. Nunca antes el destino de tantas vidas se ha visto influenciado por una máquina criptográfica como en la Segunda Guerra Mundial. 
Enigma es el ejemplo más famoso de la batalla entre los creadores de códigos y los criptoanalistas. Enigma mostró la importancia de la criptografía en la inteligencia civil y militar.
Con la aparición, a principios de 1900, de las comunicaciones inalámbricas, garantizar comunicaciones seguras para uso civil y militar se convirtió en algo fundamental. 

En 1917, el Americano Edward Hugh Lebern desarrolló una máquina de cifrado con discos rotativos, en la que cada disco llevaba a cabo un cifrado de sustitución. La idea de Hebern fue la base para muchas máquinas similares, las cuales se desarrollaron en otros países.
En 1918, el ingeniero Arthur Scherbius patentó una máquina de cifrado que utilizaba rotores.

Arthur Scherbius

Contactó con la Marina de Guerra y el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, pero estos no mostraron interés alguno. En 1923 una compañía con Scherbius en el panel de directores comercializó la máquina y en 1927, Scherbius compró la patente de 1919 de una máquina similar realizada por el holandés Koch, con el objeto de asegurar su propia patente, aprobada en 1925.

La primera máquina de cifrado, la Enigma A, salio al mercado en 1923. Era una máquina grande y pesada, con una máquina de escribir integrada y que pesaba unos 50 Kg. Poco después se introdujo la Enigma B, una máquina muy similar. El peso y el tamaño de estas máquinas las hacía muy poco atractivas para su uso militar.


Enigma A

Una idea del compañero de Scherbius, Willi Korn, hizo posible el diseño de la mucho más ligera y compacta Enigma C. Asimismo, la máquina de escribir fue reemplazada por un panel de lámparas. En 1927 fue introducida y comercializada la Enigma D en diferentes versiones y vendida por toda Europa a diferentes servicios militares. El Ejército Suizo utilizó la Enigma K. La Marina Italiana compró el modelo comercial de Enigma D, tal como hizo España durante la Guerra Civil Española.

Enigma C y Enigma D


En 1926, la Marina Alemana compro y adapto para su uso militar la Enigma comercial. La llamaron Funkschlüssel C. En 1928, el Servicio Secreto, la Wehrmacht y la Luftwaffe adquirieron su propia versión, la Enigma G, también llamada Zählwerk Enigma. La Wehrmacht revisó dicha máquina, añadiéndole el panel de conexiones y un sistema diferente de avance de los rotores. Esta versión, la Enigma I, llegó a ser conocida como la Wehrmacht Enigma, siendo introducida a gran escala en el ejército alemán y en las autoridades públicas. La Luftwaffe siguió el ejemplo de la Wehrmacht en 1935.


Marina de Guerra Alemana con Enigma
En 1934, la Marina de Guerra alemana adoptó el modelo de la Wehrmacht con su panel de conexiones más seguro y amplió el juego de posibles rotores hasta ocho. La máquina de la Marina fue llamada Funkschlüssel M ó M3. En 1941, aunque los servicios secretos alemanes (Abwehr) aseguraban que el código de la Enigma M3 era irrompible, el Almirante Karl Dönitz insistió en el mejoramiento de la Kriegsmarine Enigma. A principios de 1942, se introdujo en la Kriegsmarine el famoso modelo de cuatro rotores, la Enigma M4. Se calcula que fueron producidas un total de 100.000 máquinas.



Tras la segunda Guerra Mundial, Enigma representó la base para el desarrollo de máquinas de codificación más sofisticadas, tales como la suiza NEMA y la rusa M-125 Fialka. Enigma dio el pistoletazo de salida para la inteligencia criptográfica. En la actualidad, la Inteligencia de Señales (SIGINT) es considerada como una de las partes más vitales de la guerra moderna.

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